domingo, 11 de junio de 2017


¿Cómo está el gasto público de Colombia frente a otros países?

El debate acerca del gasto público abrió la discusión sobre su tamaño, eficiencia y eficacia. ¿Cómo se compara el de Colombia con otras regiones y grupos de países?La Comisión de Expertos en el gasto público, integrada por académicos, investigadores y exfuncionarios públicos con gran prestigio internacional, estudiará este año la magnitud, composición, eficiencia y eficacia del Estado colombiano.


El desplome de la renta petrolera, que representó 20% de los ingresos del Gobierno Nacional Central en 2013, condujo a un déficit fiscal de 4% del PIB en 2016. Con el fin de reemplazar esos ingresos, las autoridades presentaron un proyecto de reforma tributaria basado en las recomendaciones de la Comisión de Expertos, la Ocde y el BID.

Sin embargo, las modificaciones aprobadas por el Congreso –que según Anif aportarán un ingreso adicional de 0,6% del PIB– se quedaron cortas respecto de lo requerido –1,3% del PIB– para asegurar una trayectoria decreciente del desbalance fiscal que garantice una senda descendente de la deuda pública.

Ante la renuencia del Congreso para aprobar una mayor carga tributaria y, dado que quizá la Dian no pueda disminuir pronto la evasión y la elusión en las magnitudes necesarias para eliminar el faltante de ingresos públicos, el Congreso creó una Comisión de Expertos para examinar el gasto público. Ella hará sus recomendaciones al final del año. Mientras tanto, pueden resultar útiles algunas comparaciones internacionales.

La primera sorpresa es que la magnitud del Estado en el país, medida por el gasto del Gobierno General (GG) –que incluye el Gobierno Central (GC), los departamentales y los locales, junto con la seguridad social– no es desmesurada: cerca de 30% del PIB en 2016, según el FMI, que resulta menor que el promedio de la Ocde (41% del PIB), del mundo (34% del PIB) y de América Latina (33% del PIB). Además, parece estar de acuerdo con la que correspondería a su desarrollo económico (31% del PIB), aproximado por su ingreso por habitante.

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En el caso de los ingresos del Estado sucede algo similar. En consecuencia, el déficit del GG en Colombia (3,4% del PIB) no luce exagerado: es menor que el promedio regional (6,2% del PIB) e igual a la mediana mundial, pero excede el promedio de la Ocde (1,1% del PIB) y de la Alianza del Pacífico (AP)(2,7% del PIB).

Tampoco parece que el Estado colombiano esté muy endeudado. La deuda bruta del GG en Colombia (48% del PIB) es similar a la mediana mundial (47% del PIB), por debajo del promedio de América Latina (57% del PIB) y de la Ocde (71% del PIB), pero mayor que el de la A P (35% del PIB). A semejanza de la Ocde (66%), en el país la mayor parte de ella está compuesta por bonos (63%). Además, como en la Ocde, la mayor proporción en el país está en cabeza del GC (80%).

La composición del Estado colombiano es similar a la del promedio de la Ocde. El GC es el más grande: en Colombia representa 40%, mientras que en la Ocde 43%. Luego están los gobiernos regionales y locales, que concentran 33% y 38%, respectivamente. Y por último, la seguridad social, que en Colombia (27%) es mayor que en la Ocde (19%).

La estructura por transacción del gasto del GG de Colombia es parecida al promedio de la Ocde: en ambos casos se asigna 15% a consumo intermedio, cerca de 22% a la nómina y alrededor de 10% a los gastos de capital. Sin embargo, el GG colombiano otorga menos subsidios (0,4%) y beneficios sociales (33%) que la Ocde (2% y 40%, respectivamente).

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Otro dato curioso es que en Colombia el GG dedica una mayor parte del gasto a inversión (11%) que el promedio de la Ocde (8%). Quizá ello se deba a que el nuestro es un país en desarrollo, en el cual se requiere una mayor inversión porque hay un exceso de demanda por los bienes y los servicios públicos.

Sin embargo, no parece que en el país la inversión pública desplace a la privada en una mayor proporción de lo que ocurre en promedio en la Ocde: en ambos casos la del GG representa 16% de la inversión total.

Otra diferencia es que en Colombia la mayor parte de la inversión pública la hace el Gobierno Central (55%), mientras que en la Ocde corre por cuenta de los gobiernos estatales y locales (56%).



La composición de los costos de producción del GG en Colombia –es decir, de los recursos que emplea en la producción de los bienes y los servicios que provee– es similar a la del promedio de la Ocde. Los costos de trabajo representan 45% del total en ambos casos, pero en Colombia los de los bienes y servicios utilizados como insumos (50%) son una mayor proporción que en la Ocde (42%), mientras que los otros costos concentran una menor parte (5% y 13%, respectivamente).

Comparado con el promedio de la Ocde, el Estado colombiano no es un gran empleador. En Colombia el GG causa apenas 4% de la ocupación total, mientras que en la Ocde es 21%.

A pesar de que el Estado colombiano no es desmesurado, no está en bancarrota, tiene una composición estándar por niveles de gobierno y la estructura de sus gastos y de sus costos de producción no dista mucho de los patrones internacionales, la ciudadanía no está satisfecha con los bienes y los servicios públicos que le provee.

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De acuerdo con la encuesta Gallup, apenas 30% de ella le tenía confianza en 2014, mientras que en la Ocde esa cifra era 40%.

Quizá ello se deba a la percepción de bajo liderazgo del gobierno y de alta corrupción en el Estado, que prevalece entre la población.

Una baja proporción de ella (55%) cree que en Colombia los poderes del gobierno son limitados, por lo cual considera que el Estado no puede garantizar de una manera adecuada los derechos fundamentales.

Muy pocos colombianos (26%) confían en el sistema judicial, en comparación con lo que ocurre en la Ocde (53%).

La mayoría cree que no tiene una independencia suficiente del gobierno, por lo cual su capacidad para hacer cumplir la ley es limitada. Por esa percepción de ineficacia, muchos colombianos recurren a la violencia para resolver sus disputas.

A pesar de la amplia cobertura, solo una baja proporción de los colombianos (45%) está satisfecha con el sistema de salud, mientras que en la Ocde ocurre lo contrario (71%).

La satisfacción con la educación es un poco mejor (62%) y cerca de la Ocde (67%). Sin embargo, la calidad de la educación en el país, juzgada por los resultados en las pruebas PISA, no es muy buena, pese a su mejora reciente.

Por tanto, quizá el problema con el Estado colombiano no sea su tamaño, ni la sostenibilidad de sus finanzas, sino su ineficacia, porque no satisface de una manera adecuada las necesidades de sus ciudadanos.