lunes, 24 de marzo de 2014

El llamado fue hecho durante la instalación del V Congreso de acceso a servicios financieros, sistemas y herramientas de pago, que se lleva a cabo en Cartagena. Los banqueros, reunidos en la Asobancaria, le pidieron al Gobierno medidas más fuertes para ponerle freno a este fenómeno que viene en aumento, así como una regulación más exigente para todos esos nuevos agentes que están llegando a prestar servicios financieros. María Mercedes Cuéllar, presidente de la Asociación Bancaria de Colombia (Asobancaria) indicó que hay una proliferación de prestamistas piratas que operan en el mercado sin que se ofrezca mayor protección a los usuarios. También llamó la atención frente a la libertad con que están operando cientos de empresas que ofrecen servicios transnacionales y de pago, como los servicios postales, que lo hacen con menores requerimientos a los exigidos a la banca. Aunque los banqueros piden mano dura frente a estos actores, expresaron sus reservas frente al proyecto del Gobierno que busca crear la licencia simplificada especializada en pagos, ahorro y depósitos (PAD) y que les exija a quienes quieran operar en este mercado un capital mínimo de 3 millones de dólares. "El ahorro del público debe ser tratado con altos estándares de seguridad, por lo que las reglas que los protegen de la exposición a los riesgos sistémicos deben ser iguales para todos los sectores", dijo la vocera de los banqueros. La presidente de la Asobancaria también le pidió al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, presenté en la instalación del Congreso, que no se revierta la decisión de desmontar el cuatro por mil, pues en su opinión está visto que es un gravamen que le ha hecho mucho daño a la economía. Cito, por ejemplo, que desde cuando se implementó ese impuesto, el uso del efectivo entre los colombianos se elevó al 50 por ciento, cuando este debería ser cuanto mucho, de 30 por ciento. Esto ha llevado a que hoy en la economía haya un exceso de 14 billones de pesos circulando en la mercado nacional. Precisó que este impuesto, así como los topes a las tasas de interés y el exceso de regulación en la banca no sólo elevan los costos de los servicios financieros, sino que se constituyen en un obstáculo para avanzar en materia de bancarización, que hoy ya está en el 71,5 por ciento, pero a todas luces podría ser mayor.

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